Con motivo de la celebración del quincuagésimo aniversario del nacimiento de estas personas nacidas en 1962 entre las que me incluyo, se me encargó hacer un "saluda" para el libro de las fiestas y este fue el resultado.
LOS QUINTOS Y QUINTAS DEL AÑO 1962
Desde nuestra infancia vamos acumulando vivencias, imágenes, sonidos, sensaciones… que al cabo del tiempo permanecen durmiendo hasta que un acontecimiento los vuelve a activar en nuestra memoria. Son los rostros de antiguos amigos, sus gestos y ademanes, aromas y melodías, anécdotas, que reconocemos y revivimos como si hubieran sucedido ayer mismo. Este es nuestro turno, el de los que nacimos en el año 1962, cerca del epicentro del “Baby Boom” de los años sesenta, los que vivimos la época del Teleclub y la sesión tolerada de los domingos en el Cine Rex, el momento en el que contamos con medio siglo de bagaje y experiencias, de tiempo más o menos fructífero según las circunstancias con las que se ha topado cada uno. Y así, parece mentira que los “Donuts” lleven rodando cincuenta años, que un decalustro sea el tiempo que Marilyn Monroe lleve descansando eternamente, que los reyes de España celebren sus bodas de oro, que apareciese el cómic de “Spider Man”, que se decretara en nuestro país la equiparación de los derechos laborales de la mujer con los del hombre, o que en el mundo musical tuviera lugar la fundación de la banda Rolling Stones y la publicación del primer “single” de los Beatles “Love me do”; todas ellas y otras tantas efemérides que nacieron y viven con nosotros. Y aquí nos hallamos en las puertas de la feria en Casas Ibáñez que es la que nos toca, para poner nuestro grano de arena, reencontrarnos, pasarlo bien, convivir y renovarnos, y si es posible, afianzar amistades y ser dichosos.
¡Feliz Feria 2012!
Sebastián Tolosa Cernicharo
A continuación de este escrito fueron surgiendo algunos más. Pero quería hacer hincapié en una poesía que realicé cuando mis compañeros de quinta y amigos me estaban ocultando la celebración por sorpresa de mi 51º aniversario, yo me di cuenta el día anterior y quise mostrar mi agradecimiento con ella. Se trataba de un poema interactivo en el que tenían que participar todos mediante canciones, a la vez que yo lo leía en voz alta.
Este poema está dando lugar a otro poema muyo más extenso que comenzó a los cinco minutos de haberlo expuesto en la celebración que he citado. está en proceso de elaboración y no sé si le encontraré alguna vez el final.
POESÍA DE ANTAÑO
Quintos de un año bisiesto que comenzó y acabó en lunes, 1962
*En el asterisco se canta la canción.
Árida Manchuela *
cuya arista bocaceja
florece en primavera,
donde venían los pimpollos
en cama de matrimonio,
con médico, practicante
y vecindario ayudante.
Nuestra infancia transcurrió;
la Cañada, cerro San Jorge, la Calera;
charcos de la Perra Gorda y la Greda,
desde la Santa a extramuros,
placetillas, Serradiel y la era.
¡Virgen de la Cabeza…!*
Los sones del “corro chirimbolo” *
“los perros y las liebres”,
resfriado sube y baja,
con azúcar tostada;
“que llueva que llueva…”,*
“comba”, “rápala” y “rayuela”;
“parejillas”, “tranco”, “refine”,
“una la mula”,* “churro”, “quién pesamú”,
Balompédica de cine
y una peñacina que afine;
“el patio de mi casa es particular…”*
“zompo”, “hincado “, “gua”,
noches al fresco y todo lo demás.
Vinilos y cassettes pop,
Hippies, sinfónico rock,
canción protesta,
estudiantil revolución.
De una tele en blanco y negro,
más negro que blanco,
para término y medio.
Aparecen los dos rombos,
“vamos a la cama
que hay que descansar...”*
La Sierra de Aitana
traía nieblas en verano,
Chiripitifláuticos,* Bonanza,
y Pedro Picapiedra;*
para llegar a todo color
con Mazinger Z,
¡puños fuera!
y los misiles de Afrodita A
su compañera…
“La juventud baila”, “Un dos tres”*
con Canon, Kojak, Banacek,
Kung Fu, Colombo y Falcon Crest.
Desde “el parvulito” trinitario
vacunas y leche en polvo
febrero en pantalón corto,
enciclopedia Álvarez, parroquial,
catecismo, espíritu nacional.*
De lleno en la E.G.B.,
conejillos de indias
en Bachillerato y F.P.
Veranos largos de secano
en frías balsas del “duro” y del “gato”.
Inviernos de matanza y charcos
entre el brazuelo y la botija,
estirando al cerdo del rabo.
Domingos en cinemascope,
tras el NODO noticiero,*
pipas y pistoleros,
con el Zorro y Fu-Manchú
y Los Tres Mosqueteros.
Estirpe de agricultores
respalda nuestras costillas,
cambiamos basurero y retrete
por aseo y agua corriente.
De la estufa de leña y el sagato
a la suave calefacción,
aún se tardó un rato.
Pasamos con la “puntera”
máquina Olivetti Lettera,
del aislamiento a la comunicación,
y de la vieja calculadora
a la locuaz computadora.
Jovencillos combatiendo el frío
recreativos y futbolín,
Emmanuelle sex simbol,
ranchera fiesta de barrio*
teleclub piloto y amorío,
ahora me río.
Mesa camilla y flexo,
rescoldo del brasero,
radio,* corte y confección.
Bifurcación de caminos
ocio, trabajo o estudio,
cada uno a lo suyo.
Padres, hijos, hacienda,
sabios abuelos,
menuda contienda
aire solano,
y quien esto lo entienda.
Sebastián Tolosa Cernicharo
A continuación podemos leer las reflexiones que surgieron con motivo de la celebración de nuestros cincuenta años en la Tierra.
Quinta del 62 - Reflexiones
Aún resonaban en mis tímpanos los ecos de las doce campanadas al anunciar la llegada del año 2012, cuando se alojó en mi cabeza la inquietud de que durante este año que acababa de brotar, íbamos a ser protagonistas de la historia aquellos que tuvimos la suerte de nacer en el año 1962. Daríamos continuidad a la reciente tradición de la celebración del quincuagésimo aniversario de las personas vinculadas de un modo u otro con el pueblo de Casas Ibáñez.
Después de pocas semanas aparecía en los carteles y comercios de la localidad la convocatoria; “Primera reunión en Jardines Bar de los nacidos en 1962”, y un hormigueo se iba alojando en mi estómago. En estas asambleas deliberábamos sobre la lista de bautismo; quién era éste o la otra, dónde vivía, si lo recordábamos de ”las monjas”, “los parroquiales”, del colegio o del instituto, a qué se dedicaba o si tenía descendencia, y cómo podíamos localizarlo. Personas que iban de paso o que tuvieron que salir con sus padres a otros lugares donde trabajar y mejorar su vida. Otros, no estaban tan lejos, tan solo a unas manzanas o algunos kilómetros, pero no se habían dejado ver.
En aquellas tertulias en las que no faltaban las bromas y los chistes, iban surgiendo los líderes más osados y diligentes, y entre todos íbamos forjando un entramado de ideas acerca de cómo afrontaríamos nuestro reinado. Se debatían aspectos y asuntos sobre; si la carroza sería alquilada o elaborada, la comparsa, el carnaval, los trajes, el alquiler de un local, la recogida de fondos; en definitiva se trataba de ir hilvanando los encuentros, cenas, actividades, montaje de la orla, activación de redes sociales en internet para facilitar los contactos, etc.
Y al cabo de un mes escaso, de repente, nos veíamos inmersos entre una multitud de coetáneos, vestidos de arlequines en una noche de carnaval para el recuerdo, en la que nos mirábamos al espejo y entre nosotros mutuamente reservándose cada uno su apreciación, agarrando los instantes y no dejándolos escapar.
Con el tiempo se iban celebrando comidas en restaurantes y los diversos cónclaves quincenales en el chiringuito, donde se daban a conocer habilidades, inquietudes, y se destapaban el genio y los caracteres de cada uno.
Sin darnos apenas cuenta, nos situábamos frente a la cumbre de nuestro objetivo; la feria. Hemos podido observar a nuestros compañeros y compañeras entusiasmados reconociéndose en la orla, cumpliendo fielmente con los actos del programa de festejos, animando en la plaza de toros, danzando en la verbena, preparando el refrigerio, batiendo huevos o pelando las patatas, dándole colorido con verdadero arte a las frutas tropicales brasileñas o elaborando con técnica y precisión casi milimétrica el escenario de la carroza, destacando el arduo trabajo de sastres, modistas y costureras, estallando todo ello en una inimaginable gama de tonalidades que, en el desfile, junto con la iluminación y una música verdaderamente apropiada, hicieron de nuestra aparición una explosión multicolor objeto de comentario.
Quintos y quintas que querían ser inmortalizados en una imagen fotográfica, que deseaban parar el tiempo por un momento como el poeta Horacio con su “carpe diem” y saborear la dulzura de estas fiestas que han sido distintas y necesarias para todos. Y también mencionábamos a aquellos que por diversas razones no habían podido acudir y a otros que ya no viven entre nosotros.
Y entre el sonoro humo de la traca final de feria, el olor a chocolate con churros y los últimos compases del baile, parece que se diluía sin remedio nuestra pequeña legislatura. Nos despedíamos tranquilos por haber disfrutado y compartido acontecimientos e imágenes para rememorar, a pesar de las pequeñas desavenencias lógicas que surgen del roce entre humanos, resultando un balance final satisfactoriamente positivo, y deseando encontrarnos en la próxima ocasión, que no sería muy lejana.
¡Vivan los Quintos del 62!
31 de agosto de 2012 Sebastián Tolosa Cernicharo
HACE UNOS CINCUENTA AÑOS…
Los “cincuentones” estamos de moda. Ha llegado la integridad, la plenitud, la serenidad, la entereza, la realización personal… en la segunda mitad de la vida, aunque en ocasiones queden pendientes asuntos de tipo individual o familiar.
Hemos vivido cambios, tanto de formas de vida como en las viviendas, incluso de costumbres ancestrales, que al relatarlas en reunión, hay amigos más jóvenes a los que les parecen tercermundistas, y a la vez, son tan cercanas en el tiempo… Hemos soportado de manera consciente las transiciones a la democracia, hemos pasado de sistemas educativos anticuados a otros más modernos o “europeos”, incluso nos ha llegado un acceso más democrático a la Universidad. Sin embargo somos el grupo de edad que más sufre esta crisis, con pérdida de derechos por los que han luchado nuestros antecesores y además hay un elevado porcentaje de personas de nuestra edad sin empleo, pero también es verdad que, en general, contamos con un buen perfil de cualificación laboral y de estudios académicos.
Vimos nacer la informática como algo etéreo e increíble que prometía sustituir a la mecanografía a través de unos señores con maletín que “vendían” a nuestros padres cursillos acelerados y teclados que se conectaban a televisores en blanco y negro a base de lenguajes informáticos, que en aquella época eran tan raros como el idioma chino, y además, una serie de artilugios más, que conformaban lo que llamaban el ordenador personal. También promulgaban que a partir de ese momento todo iba a funcionar con micro chips y memorias virtuales, y no se equivocaban; pues ahora vivimos las nuevas tecnologías, navegación por la web, el smartphone, el TDT, el Whatsapp, la tablet, el GPS, etc… como si fueran algo de toda la vida y nos atemoriza la idea de que si ahora desaparecieran nos dejarían un vacío enorme y nos costaría vivir sin ellos.
Es verdad que muchas cosas nos han venido hechas, aunque no todas, por ejemplo, las revoluciones sociales y educativas que las llevaron a cabo las generaciones inmediatas, aunque algo nos tocó en el Bachillerato, pues hemos crecido, por lo menos desde la adolescencia, en una democracia joven pero ya encaminada, independientemente de que cada uno lleve en sus entrañas su lucha interior.
A nuestra edad, incluso antes, ya nos han ido apareciendo las secuelas de seguir en activo… colesterol, azúcar, unos huesos y tendones que se resienten de los avatares de la vida cotidiana, la tensión arterial que se eleva, y una actividad cada vez más de tipo urbano que nos va acostumbrando al sedentarismo y a la comodidad.
Hace unos cuantos años, cuando se empezó a poner de moda la celebración de la cincuentena con carroza y cabalgata en cada feria, veía a aquellos jóvenes carrozas que se divertían y disfrutaban como niños y no acababa de entenderlo. Pensaba que estaban ya un poco caducos para salir a renovar su identidad y cantarla a los cuatro vientos, y así, sentirse más jóvenes. Esto mismo es lo que nos ha ocurrido a nosotros, y como ellos, tampoco creíamos que éramos mayores. Observando fotografías de nuestra edad escolar y juventud recordamos hechos que parecen haber ocurrido ayer mismo, por la cantidad de detalles minúsculos que se relatan alrededor de las imágenes y escenas.
De lo que sí podemos sentirnos orgullosos es de nuestras experiencias vividas, aunque algunas nos dé pereza recordar por no ser tan buenas, pero ahí están, y aunque nuestro cuerpo ya no responda como cuando teníamos veinte o veinticinco años, nuestro cerebro está ahora mejor amueblado y contamos con unos recursos y un equipaje preparado para nuevas inclemencias, gracias al aprendizaje y a los golpes que nos ha ido dando la vida. Y nunca se acaba de aprender.
La solución de nuestro paseo por este mundo, radica en seguir sintiéndose jóvenes, hacer un poquito de ejercicio físico, cuidarse en la alimentación, disfrutar de los momentos, porque algunos no vuelven… y hacer lo que realmente nos apetezca, siempre que se pueda y no dañemos al prójimo. Para eso estamos aquí, para ser felices y afrontar nuevos retos. Y ya vendrán otros tiempos, de los que tengamos que decir algo, cuando lleguen…
Un saludo a todos.
Sebastián Tolosa Cernicharo, día 5 de octubre de 2013
EPÍLOGO - Quinta del 62.
Casas Ibáñez, finales de diciembre de 2012
Estimados coetáneos, nuestro espacio temporal de reinado está a punto de finalizar. Tras el pregonado “arroz caldoso” de final de diciembre, el volcán que empezó a rugir con la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma y que posteriormente entró en erupción en la feria, está pasando a una fase de reposo y latencia.
Durante estos doce meses hemos percibido el afán y el aliento de los que han liderado y organizado encuentros y han dispuesto “esos ingredientes” idóneos para llevarlos a buen fin. Hemos valorado y agradecido tanto su paciencia para localizar y “convencer”, como sus ganas de dinamizar a fondo perdido, a personas, amigos y conocidos, que simplemente por el hecho de haber nacido durante ese lapso de tiempo, estaban invitadas a participar activamente. Si no hubiésemos contado con su perseverancia y constancia las cosas habrían ido peor o incluso algunas no se habrían producido.
Después, particularmente, cada uno de nosotros ha contribuido según intereses, tiempo libre o preferencias, siempre dentro de la línea evolutiva de su carácter, formación y manera de actuar, sin sentirse obligados en ningún momento, ni de forma alguna. Es cierto que, aquellos de los que se esperaba más, no han aportado tanto; mientras que otros, de los que casi no se hacía cuenta, se han dado a conocer y sin hacer promesas, han surgido del anonimato, impresionando al personal con sus habilidades e ilusiones. Aquellas puestas en escena que saboreamos, fueron dignas de admiración, no sólo extrínsecamente, sino desde dentro de cada individuo, con las emociones que cada uno iba desentrañando en su corazón.
Asimismo, otro de los factores que han facilitado el feliz desarrollo de nuestra etapa en este año bisiesto, ha sido la cantidad y calidad de profesionales y artistas que tenemos entre los quintos/as, e intermediarios cercanos. Incluso la tecnología de internet y las redes sociales nos han permitido cooperar y estar al corriente de imágenes y comentarios.
Al observar el video resumen de las concurrencias y celebraciones que hemos disfrutado en este dos mil doce, me vino a la memoria una frase hecha que retengo desde mi juventud, referida a hechos extraordinarios o únicos de nuestra existencia, como: la comunión, la época estudiantil, el servicio militar, “tropezar” con el amor anhelado, la boda, conseguir un trabajo, etc. Aquella sentencia decía, “Aprovecha, que esto sólo se vive en una ocasión en la vida”, y así ha sido y será. Podrá haber otras ferias, distintos carnavales, nuevos concursos de patatas al montón, pero como estos, ninguno, porque eran los que nos tocaba vivir especialmente como grupo. En esos momentos se echaba de menos a los que no pudieron compartirlos con nosotros.
Personalmente, opino que, en conjunto, la experiencia ha resultado positiva y satisfactoria, e incluso en contados casos, necesaria. Igualmente, recuerdo, del mismo modo que algunos con los que he conversado, que no nos imaginábamos vestidos de bufones de la corte, ni en los sueños más atrevidos, y menos todavía de “brasileiros” danzando al ritmo de sonoras batucadas por las calles de la villa, detrás de una carroza tan distinguida, que parecía “de compra”. Pero con un pequeño empujón y ya metidos en harina, colgamos la vergüenza en el armario y aquello funcionó con viento en popa a toda vela, hasta tal punto que ni consideramos el no haber sido galardonados.
No resta nada más que la despedida de este viaje de cincuenta y dos semanas, con un adiós alegre, aunque ligeramente entristecido; cuando viene el tren a la estación tienes que subirte a él, aunque esté iniciada la marcha, porque el siguiente tardará en pasar delante de ti. Nos queda el sosiego de que todavía somos jóvenes y que nuestra amistad se ha fortalecido, y las semillas que se han sembrado darán sus frutos. A pesar de todo, aún queda ímpetu y ganas de no sólo rememorar hechos pasados, sino también de disfrutar nuevos eventos, comidas de hermandad, fiestas o cenas y cierta excursión al Mediterráneo que alguien mencionó como colofón final.
Esperanzados, puesto que no se ha producido la llegada del “fin del mundo”, como era de suponer; con el nuevo año se estrena el turno de los sucesivos, los del sesenta y tres, también retoños del “baby boom”, y la mayoría, compañeros de fatigas y amigos nuestros, a los que entregamos “el testigo”. A vosotros y a todos ellos, deseo suerte y felicidad en las nuevas andaduras.
¡Vivan los quintos del 62!
Sebastián Tolosa Cernicharo
¡Vivan los quintos del 62!
Sebastián Tolosa Cernicharo
DE SEX SYMBOLS Y GLAMOUR EN LA QUINTA DEL 62
Fue
agradable volver a encontrarse con esos chicos y chicas de la niñez, de los que
solo conservaba una imagen borrosa, casi en blanco y negro, con aquellas ropas
prêt à porter, con la piel reseca,
flequillos o trenzas, ataviados con sencillos vestiditos con lazo y grandes
botones, falditas de pliegues recicladas al máximo o pantalón corto a nivel de ingle desde febrero, merendando en la bicicleta y calzados
con sandalias o botas de borreguillo.
Y
reencontrarte... con esos rostros maquillados, cuerpos vestidos con tela de
raso y sedas de oriente, nebuloso glamour del extranjero, perfumes exóticos,
estar codo con codo con la inalcanzable
sex symbol de la adolescencia y juventud.
Al
transcurrir los faustos de rigor, queda uno estupefacto al verlos pasar de cerca o de lejos, renovando aquel simple y
soso saludo de vecino o de portal de escalera, es otra despedida sin abrazo, que viene de
visita y va de paso.
Diciembre
de 2014 STC
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