OTOÑO PROFUNDO.
Otoño profundo, el sol brilla amarillento. Hace días que la humedad del viento del norte se siente en el rostro. Todo va tras él, las hojas, las ramas, las hierbas secas, los pensamientos y las ganas de cambio. Observo gente que recorre diligente los pasillos del camposanto con la mirada perdida, fija por un instante en esa foto pálida que no envejece, percibiendo el tímido aroma de cuatro flores que no se resisten al tiempo. Caminos que no se cruzan, recuerdos que se esfuman con el polvo de los huesos, palabras que se mezclan en la sombra y se quieren perder con el paso de los años entre la resignación. Soñar con volver a escucharte, anhelar tus halagos entre risas y temer tus enfados, viajar de frente sin mirar a los lados, hablando sin parar hasta llegar al destino.
Sebastián Tolosa Cernicharo. Noviembre 2019.
