En este espacio se recogen escritos, tanto en prosa como en verso, fotografías y contribuciones musicales de SEBASTIÁN TOLOSA CERNICHARO.
domingo, 2 de septiembre de 2018
viernes, 31 de agosto de 2018
REFLEXIÓNES FIN DE ETAPA
Fin de etapa, 31 de agosto
Tras estos
ajetreados días…; de carrera y desenfreno, de sesiones de baile y
celebraciones, de encuentros y desencuentros, de actos religiosos, culturales y
paganos, del gozo de las buenas compañías
o del soporte al “pelma” de turno, de opíparas comidas entre amigos y
conocidos que rompen los esquemas más estrictos de cualquier régimen de
adelgazamiento o de cura de salud; entramos en la rutina, tan ansiada por unos
y tan denostada por otros.
Llega el
fresco del norte, y el solano queda para la gota fría. Se barre el parque y se
devuelve a los corrillos de niños y vecinos mondando pipas y comentando las
últimas efemérides sociales de la aldea con la almendra y la uva como tema
central. Se apagan de golpe los efímeros himnos coreados a pleno pulmón en las
fiestas de juventud a base de litrona, fruto de un Carpe Diem vivido casi
"a muerte". Vuelve la tranquilidad de las esquinas vacías y en penumbra, para
renacer y programar un nuevo ciclo, con la recarga de energía que cada cuerpo
admita según las circunstancias.
Sebastián Tolosa Cernicharo
El DEPREDADOR CAZADO
El rey de la selva, el simpático,
el dicharachero, el sabelotodo, el metomentodo, el bebedor, el trabajador incansable,
el mentiroso, el replicante, el canalla, el trotaconventos, el reivindicativo, el
empático, el indiscreto, el líder en definitiva, es ese individuo que está en
todas partes y en ninguna, el que se esconde para esperar la presa, el que porta
una idea en la cabeza y persiste hasta ponerla en práctica o estamparse.
Los depredadores de siempre siguen
igual, justificando sus expediciones cotidianas en antros de cazadores y
tertulias de campo, a base de chatos de vino y cacahuetes, disimulando el
colesterol e intentando demostrar que ello es necesario para la supervivencia
del negocio y a la vez dejando muestras
de los grandes avances en su sana vida. Los más caseros, pendientes de su trabajo
cotidiano, almacenando riquezas, deudas o
propiedades. Los intermedios, buscando ocio y alguien con quien pasear,
charlar… o tomar una caña o un café. Otros intentando sobrevivir y agarrándose
al “carpe diem” con más o menos
responsabilidad. Y el resto, una mezcla de lo anterior.
Los líderes se han hecho pasotas;
los que nunca han “pintado” nada, cogen las riendas; los amantes del deporte de
zaping de sofá, que en su vida no se han movido ni para freírse un huevo, ahora
corren maratones; los que eran uña y carne, ya no se pueden ni ver; los que se
reprochaban cosas, comparten apartamento en la playa… Nacen nuevas amistades dentro de esta
red y
surgen dependencias extrañas que sabe Dios donde acabarán. Pero ahí
estamos. Pero la tendencia es a recular cada uno hacia su “parcela” y a seguir
los hábitos como hasta ahora, a pesar de que evolucionamos y cambiamos en algo.
Es así de natural. Somos seres de costumbres.
Un abrazo SEBASTIÁN TOLOSA
CERNICHARO
UN AÑO MÁS Y JUNTANDO VARIOS
Cuando te crees de otro planeta,
cuando te sientes extraño o que no eres de aquí, cuando piensas que algo no te
gusta porque lo hacen todos y es fruto de la rutina cotidiana de la gente de un
pueblo y lugar. Cuando miras de reojo al vecino porque se arranca a bailar
ensimismado arrastrado por el ritmo en una verbena y te extrañas, porque tú eso
no lo harías… Cuando ves cómo se afana
la gente en llenar el buche ante lo gratis y sientes pena ajena. Cuando ves los
rostros de tus paisanos mayores y de otros no tan viejos, sintiendo la llamada
fervorosa de pedir a una imagen religiosa la paz y el bienestar para él y los
suyos. Cuando ves a la muchedumbre que procesiona con parsimonia por las calles
al paso de una marcha cuchicheando y comparando con otras ocasiones. Entonces,
te preguntas por tu DNI genético y cuestionas tu origen y tu propio destino. Cuando observas los rostros
de perfil de personas que llevas viendo
toda la vida y percibes cómo han evolucionado hacia la arruga, la mella y el
pelo cano, y no te das cuenta de que vas con ellos metido en el mismo saco.
Semblantes que suenan en tu
memoria; voces y timbres característicos de comerciantes, de maestros, de
familiares… que te atendían desde la niñez; el vapor del pan recién sacado…; aromas
florales procedentes de frascos de perfume pegajoso; vestimentas a base de
telas eternas adornados con peinados clásicos; abanicos que lanzan el alcanfor
de las ropas que recientemente han salido del armario; olores y sabores de
guisos, conservas y pucheros; el del
polvo seco de la siega, de la vinaza de
la bodega o de la tierra mojada; tics faciales y andares peculiares; “dejes” dialectales castizos de mescolanza manchega, aragonesa, andaluza
y murciana. Todas estas sencillas cosas acuden a mí en esos álgidos momentos en
que se congrega la multitud y al unísono aplaude el comienzo “forte” de las
estrofas de un himno o vitorea a garganta abierta un icono religioso. En ese
instante cuestionas por qué estás allí también, intentando participar desde el
anonimato, sin ser consciente de que eres visible a los ojos observadores de
los demás. Pero no te puedes quedar encerrado en tu guarida porque la vida pasa
y te lo pierdes.
Sebastián Tolosa Cernicharo Mayo
de 2018
martes, 28 de agosto de 2018
Desde Semana Santa, Comuniones, Bodas, hasta Feria San Agustín con el coro parroquial.
Actualmente el coro parroquial, debido a su vinculación con las celebraciones religiosas, no está exento de trabajo musical. Semana Santa, Comuniones, Bodas de encargo y las misas de las fiestas de San Agustín han sido las que nos han tenido ocupados.
lunes, 2 de julio de 2018
ÚLTIMOS ENSAYOS DE ESPERANZA NATIVA
sábado, 30 de junio de 2018
EL OPIO DEL PUEBLO
EL OPIO DEL PUEBLO
Cuando Carlos Marx escribió
aquella famosa frase “La religión es el opio del pueblo” seguro que en aquellos
tiempos del siglo XIX tenía razón. Hoy en algunos países y culturas todavía lo
es en ocasiones, para llegar a ensalzarse por la religión en los asuntos de la
vida, de tal manera, que hasta se entrega la vida por ella llevándose otras y
algunos gobiernos la siguen teniendo como herramienta de opresión. Hoy en día
yo diría que aparte de lo que queda de
reminiscencia de estas ideas, todo lo traslado a este mundo y afirmo,
“El fútbol es el opio del pueblo”.
No es raro ver los estadios
llenos a la hora de cenar y es indicio de bienestar el viajar a otra ciudad
vecina o incluso a otro país por presenciar un partido que parece que es lo
último que se vaya a realizar. La euforia, los insultos, las tropelías… son
reflejo de una falta de valores extrema. Además las medidas de seguridad, que
son tan costosas para proteger los estadios y las calles de una manada de insurrectos que se desbocan en
extremo por una simple semifinal. Y los gobiernos están de acuerdo a pesar de
ello; quieren que la gente esté pensando en el fútbol y así, las personas de a
pie se olvidan de lo cotidiano, mientras siguen los tejemanejes en política. A
cambio se da una imagen de tranquilidad, de salud social o deportividad. Pero se oculta todo lo que hay
detrás.
Cuando se emite un partido de fútbol,
se paralizan las ciudades, los pueblos parecen ser objeto de un ataque nuclear.
Solo se oyen los coches de emergencia o sirenas de seguridad, cuatro taxis, dos
ancianos tomando el fresco y algún despistado en bici que se pregunta, ¿qué ha
pasado esta tarde aquí? Si el evento coincide con un concierto o una actuación
cultural de otro índole cualquiera, a
ésta acuden cuatro puristas, casi nadie. Y si lo emiten “de pago” hay que ir a
un bar a vocear como energúmenos y a sacar nuestro lado más primitivo.
En el extremo bueno se encuentran
aquellos que aman el deporte, que lo practican, que se hacen socios de un
club o que acuden a ver los encuentros
con normalidad o los ven en sus casas
con la familia, porque mantenerlo no sale de la nada. También se pueden exaltar porque es algo que lleva
intrínseco por el afán por la victoria.
Además hay otros deportes y aficiones pero no abarcan la magnitud del
fútbol y conservan todavía su lado puro.
Sebastián Tolosa Cernicharo
UNA BANDA DE MÚSICOS
UNA BANDA DE MÚSICA
El hecho de ver cómo en el corto
espacio del rato de una sola tarde, se diluye el conglomerado armónico de
figuras musicales que ha dado a luz el esfuerzo de un grupo de seres a los que
les agrada la música, es de una gran alegría y satisfacción, siendo a la vez
una especie de tristeza o desconsuelo, por la fugacidad con la que transcurren
las dos horas escasas de melodías fruto
del día tras día y de semanas de práctica, de dificultades, de horas de
estudio, de puntualizaciones, de miradas cómplices, de reproches, de palmaditas
de agrado, entre otras cosas… unas de ellas más agradables que otras. Pero hay
que ver las cosas desde el lado bueno. Igualmente las madres preparan una
comida durante horas con esmero, para ser masticadas y deglutidas, y
desaparecer en veinte minutos, quedando solo el regocijo por lo bien hecho, el
agradecimiento y el recuerdo de un aroma o un sabor.
El apoyo de las familias, ora
instruidas en el tema, ora repletas de cariño hacia cada intérprete o
simplemente por el mero apoyo presencial, y la necesidad del empleo del paso
del tiempo de ocio para ser invertido en algo que instruya y forme como
persona, ambas animan a seguir con la tarea de crear momentos de gozo y
recompensa, que se evaporan para siempre en unos segundos, quedando en la
retina de los espectadores, etéreos resquicios de aquel concierto, y permaneciendo en el eco de los cerebros, estribillos de lo que mejor sonó, que hoy en
día, por suerte, con los medios tecnológicos, podemos conservar y rescatar
cuando se desee.
Como satisfacción personal,
indiscutiblemente es rentable, siempre que te aporte más beneficios que
pérdidas, desde el punto de vista de lo inmaterial, no solo por los necesarios
reconocimientos o los pertinentes aplausos del momento, por supuesto. Y dándole
la razón a los sabios del lugar, comparto en que a los jóvenes y a los no tan jóvenes, emplear el tiempo en la
música, les ocupa un espacio en su vida que evita que se dediquen a otras cosas
peores. La música es convivencia, sacrificio, deleite, disciplina, emoción,
descarga de adrenalina, diversión, compromiso…
Sebastián Tolosa Cernicharo
viernes, 4 de mayo de 2018
CREACIÓN SOBRE VIRGEN DE LA CABEZA
VIRGEN DE LA CABEZA 2018
En la lejanía, los luceros bailan intermitentes;
se acerca la imagen de la Virgen con su lento vaivén,
desde su humilde morada, camino del pueblo,
aguardan pacientes tus hijos, de amor fervientes.
Buscando tu calor de madre que ampara y sufre,
la muchedumbre hormiguea a tu paso por las calles,
mientras la música adorna tu caminar dulce.
Las notas de la banda, que suena lenta, fina, en el corazón;
silencio, pisadas, rumores, miradas, paradas de rigor;
desacompasando con suma argucia; siento emoción.
Asoma la torre iluminada entre el anochecer del abril
fresco,
repique de campanas que anuncian tu inmediata bienvenida,
culminando con tu entrada triunfal en el templo,
himnos, aplausos, anhelos, promesas, lágrimas, deseos y un
“viva”.
Sebastián
Tolosa Cernicharo 2018
UN AÑO MÁS Y JUNTANDO VARIOS
Cuando te crees de otro planeta,
cuando te sientes extraño o que no eres de aquí, cuando piensas que algo no te
gusta porque lo hacen todos y es fruto de la rutina cotidiana de la gente de un
pueblo y lugar. Cuando miras de reojo al vecino porque se arranca a bailar
ensimismado arrastrado por el ritmo en una verbena y te extrañas, porque tú eso
no lo harías… Cuando ves cómo se afana
la gente en llenar el buche ante lo gratis y sientes pena ajena. Cuando ves los
rostros de tus paisanos mayores y de otros no tan viejos, sintiendo la llamada
fervorosa de pedir a una imagen religiosa la paz y el bienestar para él y los
suyos. Cuando ves a la muchedumbre que procesiona con parsimonia por las calles
al paso de una marcha cuchicheando y comparando con otras ocasiones. Entonces,
te preguntas por tu DNI genético y cuestionas tu origen y tu propio destino. Cuando observas los rostros
de perfil de personas que llevas viendo
toda la vida y percibes cómo han evolucionado hacia la arruga, la mella y el
pelo cano, y no te das cuenta de que vas con ellos metido en el mismo saco.
Semblantes que suenan en tu
memoria; voces y timbres característicos de comerciantes, de maestros, de
familiares… que te atendían desde la niñez; el vapor del pan recién sacado…; aromas
florales procedentes de frascos de perfume pegajoso; vestimentas a base de
telas eternas adornados con peinados clásicos; abanicos que lanzan el alcanfor
de las ropas que recientemente han salido del armario; olores y sabores de
guisos, conservas y pucheros; el del
polvo seco de la siega, de la vinaza de
la bodega o de la tierra mojada; tics faciales y andares peculiares; “dejes” dialectales castizos de mescolanza manchega, andaluza
y murciana. Todas estas sencillas cosas acuden a mí en esos álgidos momentos en
que se congrega la multitud y al unísono aplaude el comienzo “forte” de las
estrofas de un himno o vitorea a garganta abierta un icono religioso. En ese
instante cuestionas por qué estás allí también, intentando participar desde el
anonimato, sin ser consciente de que eres visible a los ojos observadores de
los demás. Pero no te puedes quedar encerrado en tu guarida porque la vida pasa
y te lo pierdes.
Sebastián Tolosa Cernicharo, mayo
de 2018
domingo, 18 de febrero de 2018
CITAS MUSICALES: Pregón de la Virgen 2018
Pregón de las fiestas de la Virgen de la Cabeza.
El pregón de fiestas esta cogiendo auge y el Coro Parroquial, al que pertenezco, junto con la Banda de Música y el Coro Infantil de la escuela de música interpretan dos canciones.
AMOR DE HOMBRE
MY WAY
martes, 6 de febrero de 2018
CURSO DE CAJÓN FLAMENCO
PARA APRENDER A TOCAR EL CAJÓN FLAMENCO, HACE FALTA UNA INFLUENCIA FLAMENCA Y EN ALBACETE LO TENEMOS FÁCIL, PUES HAY UNA COMUNIDAD GITANA IMPORTANTE Y ESTÁN MUY PUESTOS EN LA MATERIA. A TRAVÉS DE LA UNIVERSIDAD POPULAR SE PUEDEN AMPLIAR CONOCIMIENTOS SOBRE ESTE ARTE.
AUDICIÓN FIN DE CURSO
CUANDO NO HAYA MOTIVO
CUANDO NO HAYA MOTIVO
Cuando no haya motivo.
Sal a la calle y al campo.
Que
corra el aire entre tus brazos y por las piernas.
Cuando no haya motivo.
Saluda a las nubes y al arbusto.
Bebe agua de la fuente clara y fresca.
Cuando no haya motivo.
Estira las cuerdas, abre los ojos.
Pisa en la arena y toca las piedras.
Cuando no haya motivo.
Mira al horizonte buscando una línea
que te acomode.
Une montañas y sierras.
Cuando no haya motivo.
Ponte al sol y a la sombra bajo los
pinos.
Sube a la colina, túmbate en las laderas.
Cuando no haya motivo.
Cuida a tu gente, ama tus frutos.
Olvida las penas.
Cuando no haya motivo.
Usa la paciencia y tus habilidades.
Busca la luz y saca tus fuerzas.
Y cuando lo haya….
con más razón.
LOS PINILLOS DE CASAS IBÁÑEZ
LOS PINILLOS
A todos nos ha
ocurrido algo parecido al ver Los Pinillos sin esos pinos centenarios que nos
han acompañado durante toda nuestra vida. Son recuerdos de la niñez y de la
adolescencia y juventud, esperando la apertura de la escuela parroquial,
jugando en la fuente, o en el suelo, entre aquellas hormigas corredoras, al guá
o al hincado, sentados con las "guachas" en los bancos hablando de
banalidades, preocupaciones o inquietudes, contando chistes u organizando algún
guateque. Hasta hubo un quiosco de helados.
Además es un lugar de encuentro, para el deporte; las bochas, la pelota a mano
o el futbito; un lugar de alegría acompañado muchas veces con banda de música,
bien a la espera de la apertura de la plaza de toros en sus espectáculos,
acompañar la salida de hombros o del arrastre de los toros camino del
desolladero. También, de la bienvenida primaveral de la Virgen de la Cabeza y
su adiós veraniego, y de las hogueras del Cristo de La Salud que se encendían a
su paso. Fiestas y celebraciones entre las que estaba la del barrio Frontón.
Aun se oye el revuelo diario del matadero y actualmente, el del mercadillo o
del Centro de Día. Un lugar de descanso, al frescor de la tierra húmeda, es lo
que proporcionaba esta pequeña parcela de verdor que tardará en volver a ofrecer.
Y conversaciones acaloradas sobre la recolección, los precios, la política, los
veneros de agua, el tiempo meteorológico y el clima, los cotilleos y las
maldades cotidianas...
Pero los tiempos cambian, la seguridad y la
estética es un bien común que tenemos que preservar en beneficio de todos
nosotros y de los que vienen detrás.
Esto ya ha ocurrido alguna vez, sin ir más lejos en
los Pinillos de la Báscula. Aquello, tras el arranque y limpieza, parecía la
"zona cero" y ahora con el paso de los años no está tan mal. Han
crecido las plantas y los árboles y ahora es un rincón de paz y de regocijo
como lo fue antaño. Y algo parecido pasará en este caso, pero cuesta hacerse a
la idea, es lo normal. Las operaciones estas se hacen por mejorar y hay que tener
paciencia. Un saludo de Sebastián Tolosa Cernicharo.
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