UNA BANDA DE MÚSICA
El hecho de ver cómo en el corto
espacio del rato de una sola tarde, se diluye el conglomerado armónico de
figuras musicales que ha dado a luz el esfuerzo de un grupo de seres a los que
les agrada la música, es de una gran alegría y satisfacción, siendo a la vez
una especie de tristeza o desconsuelo, por la fugacidad con la que transcurren
las dos horas escasas de melodías fruto
del día tras día y de semanas de práctica, de dificultades, de horas de
estudio, de puntualizaciones, de miradas cómplices, de reproches, de palmaditas
de agrado, entre otras cosas… unas de ellas más agradables que otras. Pero hay
que ver las cosas desde el lado bueno. Igualmente las madres preparan una
comida durante horas con esmero, para ser masticadas y deglutidas, y
desaparecer en veinte minutos, quedando solo el regocijo por lo bien hecho, el
agradecimiento y el recuerdo de un aroma o un sabor.
El apoyo de las familias, ora
instruidas en el tema, ora repletas de cariño hacia cada intérprete o
simplemente por el mero apoyo presencial, y la necesidad del empleo del paso
del tiempo de ocio para ser invertido en algo que instruya y forme como
persona, ambas animan a seguir con la tarea de crear momentos de gozo y
recompensa, que se evaporan para siempre en unos segundos, quedando en la
retina de los espectadores, etéreos resquicios de aquel concierto, y permaneciendo en el eco de los cerebros, estribillos de lo que mejor sonó, que hoy en
día, por suerte, con los medios tecnológicos, podemos conservar y rescatar
cuando se desee.
Como satisfacción personal,
indiscutiblemente es rentable, siempre que te aporte más beneficios que
pérdidas, desde el punto de vista de lo inmaterial, no solo por los necesarios
reconocimientos o los pertinentes aplausos del momento, por supuesto. Y dándole
la razón a los sabios del lugar, comparto en que a los jóvenes y a los no tan jóvenes, emplear el tiempo en la
música, les ocupa un espacio en su vida que evita que se dediquen a otras cosas
peores. La música es convivencia, sacrificio, deleite, disciplina, emoción,
descarga de adrenalina, diversión, compromiso…
Sebastián Tolosa Cernicharo
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