En esta entrada del blog incluyo todo aquello que tiene como centro de atención al pueblo de Casas Ibáñez, sus gentes y el fin de siglo XX.
TRES POESÍAS DEDICADAS
A MI PUEBLO Enero 1989
1.-UN ALTO EN EL
CAMINO
Como una cuña
entre dos aguas
alzas tu ceja calva
queriéndote asomar al mar.
Aquijón de la llanura
que pincha en el horizonte
y se arrastra al vacío
entre cárcava, rastrojo, mata,
piedra, ribazo y cal.
Mis raíces duermen aquí
en esta tierra gris latente
entre un claro marrón
cama de savia viva,
intermitente.
Ya no oígo,
de la cadena
atada al carro y la galera
su cansino cantar;
ni se escurren los cascos
del torpe mulo en el asfalto.
No hay cuidado ya,
de aplastar de vientre
en las aceras;
ni las mujeres discuten
por barrer la moñiguera.
Sangre, sudor y vertedera
de peinados surcos
me marean al pasar,
tan rápido;
el tiempo;
tan fugaz.
2.-SÓLO A VECES
Pueblo, por joven
tienes todo y casi nada,
pequeña historia, hidalguía.
Asentamientos nómadas,
sólo rumores; tus gentes;
enhebran al mediodía.
3.-FUTURO
Cuna , pueblo,
eres ya lo que serás,
una astilla,
una pequeña ciudad,
con madera,
de sociedad.
Monotonía
La vida en los pueblos y las manifestaciones que realizan
allí los hombres, se parece en cierta manera a las teleseries folletinescas, a
las telenovelas o radionovelas en cuanto a que, aunque te hayas perdido algunos
capítulos, les vuelves a coger el hilo rápidamente; ya que en cualquier momento
de la vida durante un año cualquiera, puedes volver tras varios meses de ausencia
y comprobar que han cambiado poco las cosas, los pensamientos no evolucionan, las actividades, son siempre
dentro de la misma línea, la partida, el café, el trabajo y la cerveza de la
tarde, el todopoderoso fútbol y programas deportivos y concursos. Algo parecido
ocurre en las capitales de provincia, en el ámbito de determinados barrios y
esferas sociales. En general los aspectos que dominan son: la rutina, la
cultura totalmente sectorizada a las mismas personas y a unas determinadas
facetas, la cerrazón de ideas remotas, el cotilleo y como final el egoísmo e
individualismo, con la consiguiente falta de autonomía y libertad para las
personas a las que afecta.
18 de agosto de 1989
Sobre el matrimonio en
las zonas rurales
Nos precipitamos hacia el matrimonio desde que nos vamos
apartando de un grupo de amigos, para juntarnos con alguien con quien estamos a gusto. Esa pandilla se va
deteriorando cada vez más, hasta que termina por desaparecer como tal. Se
forman nuevos grupos, a base de parejas de tendencias afines, pero es imposible volver a reunir el grupo
original, porque cada uno barre para su lado, ya no estás solo para pensar y
debes contar con la opinión de tu compañero o compañera.
Los solteros, reducto de amigos de levantamiento de vidrio en
barra fija, quedan para vestir santos, cada vez más solitarios y tercos,
formando un grupo de restos del grupo anterior, e incluso de residuos de otros
grupos. Todo ello no propicia la práctica de las inquietudes comunes,
obligándose a buscar mujeres desesperadamente. La soltería, no es mala, siempre
que consigas tener una vida social aceptable y otros compañeros, amigos o
amigas para compartirla. Es muy triste salir a la calle, o al bar a tomar algo
y no tener a nadie de tu agrado para compartirlo.
UNA CELEBRACIÓN MÁS
Mamoneo conceptual
de individuos sin rival.
Actividad fantaseada
satisfecha entre las sayas.
Cultura indiscreta,
taparuja de riqueza.
Programas de fiestas
para echarse la siesta.
De atracciones, casetas…
la cañada está desierta;
Ni siquiera en los bancos
cascan las alcahuetas.
Y… los niños
dónde estarán…
viendo la tele,
seguro, no saldrán.
Jóvenes, padres, abuelos
acudid a vuestra fiesta,
forjémosla entre todos,
como la costumbre manifiesta.
LA FERIA - 1989
Hacía ya tiempo que deseaba verte, solo verte, verte llegar…
Hoy se consumó mi anhelo, te vi rodeada
de confeti y de alegría. Quisiera vivirte profundamente y sin descanso desde esta primera fiesta
española de toros y castañuelas; de tragedia y pandereta. Olvidarme del trabajo
y del dinero, y descansar mis resacas hasta el atardecer, para de nuevo nacer
en este espiral vicioso del jolgorio y
el goce festivo día a día. Y tan pronto… todo acabó y las últimas casetas
recogen sus tablas y apagan luces para seguir su rutinario caminar sembrando el
júbilo por donde quiera que pasan.
Todo acabó, sí. Y vuelven las noches de perro suelto y
helado, aullando como un lobo en un sombrío anochecer.
Un "pesado grillo", me dijo con su último canto que el verano
se fue a otro sitio.
FIN DE AGOSTO 1989
Aparece septiembre con una ventosa mañana gris, augurando la
vuelta al retorno rutinario, que ofrece este municipio a caballo entre ciudad
pequeñita y buen pueblo. De nuevo se va haciendo de día y la mayoría de las
calles están por estrenar. Las viejas y no tan viejas siguen su costumbre de
madrugar y deambular ligeras por la calle para recoger el pan, después de
barrer y regar la calle, y los cuatro aventureros del campo van a tomar su
desayuno de carajillo copa y copa
carajillo antes de que apriete el sol.
Finalizan estas fiestas, como todas, con una traca barata y
un baile que suena hueco, que no se llena nunca, ni se termina de vaciar del
todo; como si se quisieran saborear hasta las últimas migajas de un sabroso
bocadillo de caballa. Todo ello marca el indicio principal que va a estar en
boga aquí, y hasta el próximo periodo festivo o vacacional, o sea el estar a
medio gas y casi sin gas. Ya se ha perdido en el infinito el eterno barullo
de los niños, y las conversaciones
pausadas después de cenar, en cualquier banco o esquina que trae el verano. Las calles, vacías,
¿Dónde vas? A mi casa…
ANCIANAS DE LUTO (Sept. 90)
Como silvestres amapolas ondean
los atavíos de ababol negro
que la brisa de su afanoso
y lento andar…
dota al ambiente
de vetustas perennes
en pueblos y mercados
al balancearse
sobre sus arqueadas piernas
de estaca carcomida y seca
clavadas en alpargatas de cáñamo
color caña cana
y violeta.
DESDE MI CAMA (Nov. 90)
Desde mi cama…
oía el cerdo gruñir
antes de entregar su vida,
veía el canto del gallo
entre la fría niebla,
notaba cómo los árboles
se quejaban
del seco eco
helado corte del hacha,
y el sonar del burro,
rebuzno infinito
desde su cuadra de paja.
Pendulaba el mismo chirrío,
ruedas de carro,
duras llantas,
temblor de suelo, al pasar…
la mula o el caballo resoplar,
y la voz del rudo arriero,
desde mi cama...
QUEJAS 1994
Me quejo de un turrón que
sin estar caducado, sabe rancio;
de unas palomitas embolsadas
que huelen a humedad;
de una sala de cine en el que se comen
frutos secos, papas, cortezas y
hasta bocadillos;
de un padre de familia
que en medio de un acto
se planta estorbando
para
filmar en video a su prole;
de una cuadrilla de jóvenes
que alocados por la diversión,
no respetan una norma ni en los toros;
de un capullo
que tras haber salido de la verbena en el
descanso
no me permite volver a entrar;
de un grupo de vividores
que me ha robado las mazorcas;
de una hamburguesa podrida;
de un pollo con sabor a higadillo;
de un chocolate que me produjo diarrea;
de un helado con escarcha
que me hizo rascarme la habas;
de un cortado con gusto a carajillo;
de unos caracolillos que parecen de goma.
Virgen de la Cabeza
Abril de 1994
En la lejanía, los luceros bailan
intermitentes,
se acerca la Virgen con su lento vaivén,
desde su morada, camino del pueblo.
aguardan pacientes tus hijos de amor
fervientes.
Buscando su calor de madre que ampara y sufre,
la
muchedumbre hormiguea a tu paso por las calles,
mientras adorna la música tu andar dulce.
La banda suena lenta, fina en el
corazón,
silencio, rumores, miradas, paradas
de rigor,
desacompasando con suma argucia, llena de emoción.
Asoma la torre entre el anochecer del abril
fresco,
campanas que anuncian tu bienvenida,
culminando con tu entrada triunfal en el
templo,
entre himnos, aplausos, lágrimas y vivas.
ANTONOMASIAS
Llegó la ansiada feria, ya vino la temida feria; preludio del otoño tras
los cristales de una ventana vieja; explosión de gozo y alegría que transcurre
en un semana como en un soplo, poco a poco, pero sin esperar a nadie. Para unos
tan larga; los jóvenes estiran de la hebra; para los demás demasiado breve; y
los mayores recordando otros tiempos mejores. Un programa cargado de emociones
y de un “sin parar” que a la hora de la verdad, la mitad es banalidad y rutina,
y a veces un título de concurso o competición tras la que no hay nada ni
nadie.
Tras
la feria queda en septiembre y octubre la traída y llevada vendimia, la uva, el
grado, un sinfín de sinfines anécdotas y cotilleos, neumáticos pinchados,
botijos que pierden el asa y un niño que pierde el sarmiento del pitorro.
En
los bares del lugar no se habla de otra cosa; camiones de La Rioja, Galicia,
pesa-mostos trucados y básculas atascadas. Pero todo transcurre entre ese
trasiego de raspajo y mosto con los pies llenos de barro en amaneceres de
niebla donde permanece la rebusca escondida tras las pámpanas a la que espera
una prensa sedienta de caldo y ávida de
azúcar.
Septiembre, 1997
31 de Diciembre de
1999
El penúltimo verano del siglo
(aunque todos creíamos que era el último) no fue tan apoteósico como se
esperaba. Aunque, sí es verdad, que a hurtadillas se dieron cita todos aquellos
que renegaron de su origen y volvieron a sus viejos lugares de encuentro, a sus
rincones preferidos para no encontrar nada sino un halo de apatía. Buscaban
todo aquello que dejaron a medio y lo esperaban encontrar terminado o al menos
evolucionado a su gusto, pero no había nada más que el transcurrir del tiempo:
si acaso algún sonido o cualquier aroma
húmedo insalubre vagando por la cañada.
Todo parecía recobrar vida junto a
los que artificialmente lo crearon, pero sólo fue un paseo esquivo y de un toque de soberbia.
Nadie se atrevía a pensar que aquel fruto irreconocible, era el que años antes
sembraron con toda la ilusión adolescente puesta en juego.
Fin de año, siglo y milenio, tan
debatido, da igual. Todos querían estar allí para celebrarlo, y todos iban a
faltar, envueltos en su egoísmo. Sería
una fiesta de bobos sanos, sin disculpas y de hipócritas en su mundo de
cristal.
Verano del 00
Cuando vemos
al hijo maduro de la casa, que retorna para unos días y desempolva la bicicleta
gloriosa que ha quedado obsoleta con las rápidas modas y se acomoda en la
postura antideportiva como antaño y se
cruza con chiquillos que ostentan una
bici nueva conduciendo con una sola rueda y sin manos, atropellando
viejas y saltando de acera en acera,
decimos esto no es lo que era.
En el pueblo
nos encontramos como en casa, alrededor de la mesa camilla y la tele en blanco
y negro, y volvemos al origen del que un día partimos al futuro.
Allí donde no
nos conocen, no saben de cocinillas, ni orzas, ni sarmenteras, ni cámaras
llenas de trastos viejos y aperos.
Nos revolcamos
entre las telas de araña que dejamos crecer en nuestra huída, descargamos el
estrés en una espuerta, y volvemos rápidamente al futuro que nos tiene
enganchados a una vida sin sentido.
EL AÑO DE LA
FANFARRIA
FECHAS SEÑALADAS
Hay en el calendario anual de Casas Ibáñez una serie de
fechas que son señaladas y es cuando realmente merece la pena salir, o hay que
salir a tomar algo o asistir al evento
de que se trate. Los hijos del pueblo acuden en estos días desde las
ciudades donde viven para participar.
Navidad y Feliz Año Nuevo:
¡Feliz
Navidad! Y el aguinaldo a toque de botella de anís y pandereta. El zoreo, noche
salvaje. Todos somos buenos. Frío seco y temblor de piernas - ¡Feliz año nuevo!
Dicen. - ¡Feliz año! - ¡Feliz año!
-¡Gracias, igualmente!
No te conozco, pero no te lo niego. Momento de hacer las paces y olvidar
recelos.
Empezando
por el principio del año, las fechas navideñas
con la Noche de Reyes o el ya
clásico Baile de los Estudiantes,
que de estudiantes tenían últimamente poco, además ahora lo protagonizan los
quintos, bueno los quintos y las quintas, que tampoco tienen que hacer la mili.
San Antón
Pan bendito
al son de pito y tamboril lleva la burra
y cuatro fieles. Y un gorrino de calle en calle, de puerta en puerta, pidiendo
un mendrugo de pan.
La fiesta de San
Anton tiene gran raigambre en esta localidad cuando un grupo de fieles sale
con el carrro y la burra repartiendo pan bendito al son de la caja y el
saxofón. Y por supuesto la misa donde se bendicen a los animales y mascotas.
San Blas Serradiel
Cacaos
pelaos, olivas, huevos cocidos, altramuces en morquera y
cortezas en el garaje de Blas. Cuerva que no falte, ni devoción a la galleta
bendita que deja en paro al otorrino.
Un buen tronco en la hoguera nocturna y patatas asadas
de gorra para los mirones.
Posteriormente viene la fiesta de San Blas, en Serradiel, un día de reencuentro con la aldea, la
hoguera, las patatas asadas, el santo en
la ermita. La misa del domingo y el reparto de galletas bendecidas que te sanan la garganta, para acabar con la
merienda de todos los niños y
jóvenes en el Cerrro de los
Cuchillos, a la que últimamente se han añadido los componentes de la carrera
de motocross de la Ruta del Palidud.
Carnaval y Miércoles de Ceniza, Entierro de La Sardina
¡Mascarota,
culo de bellota! ¿A que no me
conoces? Pues yo a ti sí.
El carnaval,
fiesta importantísima en el calendario local, los matrimonios maduros son los
que más disfrutan, es noche salen todos de fiesta, se disfrazan los que quieren y pueden, pero el que no sale esa
noche después le pesa, pues se está hablando de ese día una semana después y no
tiene posibilidades de participar en las conversaciones recordatorias.
Semana Santa
Como brotes
de olivo colgados del balcón hasta que se deshojen.
¡Tengamos una Semana Santa digna de nuestro pueblo!
Decía aquella activa instructora, y claro que la hubo, pero era digna, pero no
de este pueblo, por eso duró tan poco. Capuchinos, tambores, la jet set
disfrazada de nuevo, al son de tiempos modernos. Donde se ponga la Procesión
del Encuentro y la Aurorilla acompañada de los ásperos cánticos de la calle La Amargura, y por supuesto el
chocolate caliente.
La Semana
Santa, fecha señalada por antonomasia, especialmente la misa
del jueves santo por la tarde y la procesión del encuentro el viernes santo de
madrugada. La gente va en cuadrilla a tomar chocolate, al acabar el abrazo de los santos.
Virgen de la Cabeza
La que más altares tiene y no hay ningún ibañés que en
su pecho no la lleve. Eso sí, que el parque quede limpio.
La Virgen de
la Cabeza, fecha cumbre de las celebraciones del pueblo de
Casas Ibáñez, con la romería del último domingo de abril, y la procesión de la
traída desde la ermita con la entrada triunfal en la iglesia por la noche a
las diez en punto. Al día siguiente la
ofrenda de flores en la plaza del pueblo.
Canto de los Mayos
Como todos
los años, estamos aquí para cantarle los mayos a la Virgen de la Cabeza.
San Isidro Labrador
A la rica
torta de sardinas, el que quiera comer que se acerque a la ermita.
Los cestos
retornan llenos del dichoso manjar para almorzar, que hoy día de fiesta viene mi
marido de trabajar.
Buena gente
lleva el santo. Lo llevaban a mal traer y con el paso cambiado, después del
pedrisco del día anterior.
Día de Castilla La Mancha
Discursos
solemnes y homenajes a gentes de nuestro pueblo. Cada vez en un sitio, así no
se hace la fiesta. ¿Por qué no en todos los lugares a la vez?
Festival Ardacho
Una cuadrilla
de artistas que quieren hacer una fiesta
memorable al estilo medieval.
Día de Santiago en
Julio y la Virgen de Agosto
Entre Santiago y Santa Ana enveran las uvas y para la
Virgen de Agosto ya están maduras.
Feria y Fiestas
San Agustín
Todos juntos,
la cañada, hoy más que nunca, lugar de encuentro y despellejo. Boom de
adopciones, carritos de bebé, inseminación artificial, chinos, sudamericanos,
marroquíes y rusos de la antigua Rusia; renovación de especies, amalgama y
variedad de rasgos. Así la vi.
Concurso de
pintura al natural. Mañana de paseantes a pie, en bici o ciclomotor , husmeando
los frescos atriles. Los patrocinadores de premios y jurado merodeando entre
alimañas, buscando el preciado oro, presumiendo y sin ir de incógnito.
Patatas al
montón. Gente que va sin almorzar a pegar la gorra. Y después la fiesta acaba
en el barro. Comienza la tradición de la fiesta del barro.
La banda de
música. Ardua tarea la de ensayar día
tras día piezas heróicas del cine
internacional para ser reconocidas por melómanos y esfumarse la música en
cuestión de minutos, de una actuación
frecuentada y aplaudida al extremo por familiares, aficionados y pocos forasteros.
Después hay
que apresurarse a tocar los pasodobles y pasacalles de despertá con
resaca, de toros y procesiones.
Al día
siguiente el viento se lleva los recortes de entradas del baile, la ventisca
recoge en los rincones todos los restos etéreos de las fiestas y un perro
solitario husmea el lugar donde estaba el puesto donde asaban los pollos.
La almendra
En las mañana
de la feria, a coger almendra, que luego se junta con la vendimia. No hay que
perder la marcha. Y cada vez peor. Se heló y encima el año que tienes mucha, no
te la pagan como se debe.
Feria de Albacete
Eso no falta,
aunque llueva, por lo menos un fin de semana.
El Cristo
Ya huele a
hierba santa y albahaca, y suenan los cohetes del primo Miguel, y los niños
tras las cañas que caen del cielo. Lo de la cordá de carretillas de paradas en el paseo ya se perdió.
La vendimia
Tema durante
un mes, hablamos de acidez, taninos, kilo-grado, enchufes, gandules, riñoneras,
el barro, las nieblas, la lluvia, sinvergüenzas y bollos de mosto.
La escuela
¿Cuándo empieza la escuela? Preguntan algunas madres a mediados de agosto.
El Pilar y Todos los Santos
Cazadores, perros ladrando y cartuchos que suenan entre los majuelos y todavía algunos
vendimiando para todos los santos.
La Constitución y La Inmaculada Concepción
La
Constitución y La Inmaculada Concepción van juntas pero no revueltas.
AIRES DE MI ALDEA - 87
Pueblos de invierno,
calima primaveral,
caldera helada,
de una casa en sombra,
cieno, aliento,
frescura y olor,
fatal humedad.
Un botijo sudado,
junto al gato,
custodiando.
Cocinilla silvestre,
de selecto aroma,
una alacena,
secreta; repleta,
un placer campestre.
Gélida habitación,
sábanas tiesas, madera;
ancha cuna,
carcoma;
espejo pañoso,
calendario canoso.
Una bombilla solitaria
sobre un armario podrido,
ruidoso,
entre telarañas,
asido al muro.
Cortinas estiradas,
colgadas…
Cortinajes filtrados
por ese endeble ventano
de cartón piedra.
Comedor de silencio,
hogar que habla,
de sudores mal pagados,
calor familiar,
corral de gallinas,
gorrinera y cabra.
Un gato maulla
al atardecer,
por qué;
pueblo sin vida,
camino de hierba,
polvo, goma,
cabeza sin loma.
Una gallina asoma
con su mandil,
escurridiza, saltarina,
torpe; temerosa;
descarada.
Kikirikí,
me dice un gallo
de acero,
monótono,
mañanero.
Jefe de tribu,
parásito marchoso.
¿Qué miras? Chismoso.
Río ven,
siempre tú…
progresa;
te oigo pasar,
veo tu canto,
nos sientes vivir,
juez; sin relevo,
promesa,
fiel testimonio.
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