EL GEN MUSICAL.
La música está presente en nuestras vidas, y una prueba de
ello es este momento crucial en que todos vamos navegando en un barco con el
rumbo incierto y cantamos emocionados "Resistiré" y otros temas
proclives a elevar el ánimo de la población y el nuestro propio. Los
componentes del Dúo Dinámico ni siquiera podrían imaginar que su canción se convirtiese en un himno contra la
tristeza y la impotencia, y a la vez en una efectiva medicina natural para el alma, y llegara a
cotas tan altas de reproducción en las redes sociales.
Con esto quiero resaltar que este arte forma parte de una actividad
humana que nos ha acompañado desde los tiempos del hombre primitivo en la caza, la pesca, el trabajo, las luchas, en el ocio, en
la crianza, en los ritos y celebraciones, en el hogar… y sin embargo, se encuentra dentro del currículo escolar con
una carga lectiva que roza la subsistencia.
La música es un ente etéreo que se lleva el viento y se
esparce en el volumen del espacio, pero queda en nuestra memoria y nos lleva a
relacionar momentos de nuestra existencia con melodías y ritmos que suenan o
que incluso nosotros creamos. Permite transportarnos en el tiempo y rememorar
eventos, cuando simplemente, unos cuantos acordes chocan con nuestros tímpanos.
Y además es un buen aliado que vive dentro
de los genes del homo sapiens y se ensalza en todas las esferas y situaciones
de la vida.
Éste es un buen momento para la reflexión y para iluminar
nuestro cerebro y ver lo importante que ha sido esta materia en la historia de
la humanidad y sigue siendo, tanto en el
proceder cotidiano hacia el bienestar, como en la travesía de los momentos más duros.
Sebastián Tolosa Cernicharo. Marzo de 2020.
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