En este espacio se recogen escritos, tanto en prosa como en verso, fotografías y contribuciones musicales de SEBASTIÁN TOLOSA CERNICHARO.
miércoles, 20 de enero de 2021
viernes, 1 de enero de 2021
martes, 24 de noviembre de 2020
Esperanzas...
ESPERANZAS...
Cuando regresen las oscuras golondrinas, volverán los paseos a la ermita sin mascarilla. Tendremos un gran reencuentro con música. La alegría en los rostros volverá a nuestras caras. No sólo veremos ojos tristes. Sentiremos la sonrisa y el cálido susurro del aliento en el oído. Chocaremos las manos con los cinco dedos y abrazaremos a los niños. Su algarabía se oirá en los parques y el brindar de las copas llegará al cielo.
Sebastián Tolosa Cernicharo. Noviembre de 2020.
lunes, 14 de septiembre de 2020
AMIGOS PARA SIEMPRE.
AMIGOS PARA SIEMPRE.
Amigos para siempre en el recuerdo. Cánticos de unión fraternal, de libertad, de juventud... rimas que hoy no encuentran los renglones donde estaban presas. La soledad de siempre, el egoísmo de antaño, continúan su escalada a pesar de los momentos de gloria y resplandor. En definitiva, no quedan ni las cenizas de aquello que el azar y el lugar en que nos tocó jugar la partida, pusieron en consonancia los elementos necesarios en tiempos de juventud.
Y hoy, cada cual, en su bujío con su camada y su cortejo, va capeando el temporal. Es lo de siempre y lo de ahora.
Amigos que eran inseparables, ahora no soportan verse de lejos, ni aguantan por un minuto el oír hablar de sus éxitos o fracasos.
Otros, que siempre estuvieron en disputa, hoy comparten deudas y secretos íntimos. También los oportunistas mantienen su inquietud y colman lo que alberga la línea de su entrecejo y llenan sus alforjas. Y del mismo modo, los que ni pinchan ni cortan, como el viento que viene y va, según el capricho de Eolo.
Los abrazos, los golpes de pecho y espalda, aguardan su momento, para cuando el tiempo nos coloque alrededor de la lumbre, y la rabia y la envidia hagan a los ojos reventar en lágrimas.
Pero no habrá pan, ni con qué mojarlo, solo será otro momento pasajero que asciende como la espuma de una gaseosa, para diluirse en el aire de la estancia.
Después de aquella carrera vertiginosa en la que la alegría y el miedo nos hizo volar a saltos en un huerto, huyendo del brazo de la cordura, compartimos los riesgos de la locura de la juventud, la alegría de vivir, las reuniones acompañadas de humildes manjares y bebidas espirituosas, y así, poco a poco llegaron los primeros amores, y los segundos... que tras el calor del verano y la frescura de la lluvia otoñal, fueron originando el poder de los matriarcados, y como en los cuentos de hadas, se iba desconfigurando el hechizo de la lozanía y de la energía, que desde ese momento colocaba a cada cual a su deriva y en la amplitud del océano, con la rutina de la vida, el trabajo, el bienestar y la procreación. Hasta que en la mitad de lo que debería ser la vida humana, un rayo de luz nos volvió a atraer y vimos que nos habíamos multiplicado, que a pesar de haber vivido y cambiado, incluso había conexión entre factores y productos, y que sobrevivía una cierta armonía que parecía soplar de nuevo la vela mayor. Un espejismo en la árida estepa .
Sebastián Tolosa Cernicharo, septiembre de 2020.
jueves, 27 de agosto de 2020
FERIA COVID 2020.
Papelillos de colores intentan remolinear entre los pasos tristes de una feria que espera tiempos mejores. La pólvora y las imágenes cegadoras de la pirotecnia que siempre invocan la lozanía de la juventud, la creación, la frondosidad, la descendencia, la fertilidad… quedan reservadas en nuestro almacén de los buenos recuerdos y los anhelados deseos. El humo de los churros, el espeso chocolate de madrugada, el caldo reciclado del pollo a l´ast, la fritanga, las bebidas espirituosas, el renacer de las pituitarias ante los aromas de otros mundos y las músicas que hacen danzar a la tribu, tendrán que aguardar. El roce, los abrazos, la empatía, los amores platónicos, los tempranos, los tardíos o pasajeros y los nunca consumados, quedan proyectados en el cine de las sábanas blancas. Las sonrisas, se congelan tras la máscara, pero los ojos hablan… lo dicen todo, y en secreto, permanecen los mensajes guardados, en el cajón del recibidor. La prudencia, la esperanza, la lucha activa y la paciencia serán nuestras aliadas en esta batalla. Un saludo.
Sebastián Tolosa Cernicharo. Agosto 2020.